Esta observación puede llevarse mas lejos y a situaciones complejas. La organización y comportamiento del cosmos podría también condicionar nuestra psique. De acuerdo a esta teoría, los psicólogos deberían estudiar física para aplicarla en el psicoanálisis.
La bíblica frase "Hechos a imagen y semejanza", bien podría significar que todo es un reflejo del cosmos. Todo es el Universo. El nacimiento un big bang. La muerte un Big Crunch. El estudio de la vida o la experimentación interna siempre exploraría de nuestra Matriz cósmica.
Por eso grandes sabios de la humanidad habrían planteado frases que de hecho, se aplican a la ciencia astronómica:
- "Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos". Buda.
- "La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte." Buda.
Sin embargo, el drogadicto podría salvarse.
¿Pero que pasa con la teoría de las membranas?
Esta recuperación podría compararse a un viaje hasta el vórtice central de la esfera espacio temporal. ¿Acaso haríamos estallar nuestra burbuja intentando escapar? Por algo señalan que "solo un loco sería cuerdo en este mundo demencial"
Y si todo es análogo. ¿El nacimiento de un ser humano podría darnos respuestas?
Es incuestionable que todas las teorías cosmológicas tienen algo de sueño, y mucho de imaginación; es posible que llegue a establecerse cuál de ellas expresa más ciertamente lo acaecido en el cosmos; pero todavía todas viven suspendidas en el borde de su descarte, pese a los avances logrados, tanto en materia de observación como en experimentos de laboratorios.
Afirmar que el universo no tuvo principio ni tendrá fin, o conformarse con no preguntar de dónde proviene toda la materia o la energía que habría formado el inconcebible y gigantesco átomo primigenio del Big Bang, es enterrar la cabeza en la arena. «Un tiempo o un espacio infinitos, se contesta, no tienen principio». Tal posibilidad es, lógica y naturalmente, incomprensible y nos hace penetrar en un terreno de pura especulación metafísica, pretendiendo explicar, con palabras que tienen sólo un sentido abstractamente matemático, un fenómeno todavía inexplicable.
Si nuestras células se renuevan periódicamente. ¿Por qué envejecemos?
Longevidad y gravedad.
Es por causa de un Gen. El "Gen del envejecimiento". ¿Pero por qué habría de existir? ¿Acaso nuestra cercanía a un agujero negro en el centro galáctico nos hace mortales? En un sistema solar que viajase por el Universo, fuera de una galaxia. Flotando a la deriva en la expansión. ¿Nos acercaría a la inmortalidad?
La experiencia que se ha acumulado en el transcurso de los años nos dice que todos los hombres que realmente saben y piensan, y he tenido magníficas oportunidades para comprobarlo, con excepción de algunos ciegos voluntarios o no dispuestos a abrir la profundidad de su pensamiento, están en una posición semejante; posición honesta y simple: no reemplazar la ignorancia por palabras o frases tan sin sentido como «generación espontánea» o «no me interesa, porque la ciencia no tiene cómo saberlo todavía».
¿Y entonces?
Diego Ignacio Mur
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